La piel es nuestra barrera de protección frente a agentes externos como cambios de temperatura, humedad, microorganismos, bacterias, virus, y muchos otros. Por este motivo, es muy importante mantenerla hidratada y cuidada para que no pierda su continuidad y elasticidad.
La piel de los pies tiene un mayor número de células adiposas, es decir, un mayor espesor para amortiguar al caminar, llegando a ser 50 veces más gruesa que la zona de la mejilla.
Los talones agrietados ocurren cuando la piel de los pies está tan seca y tan dura, que se empieza a desgarrar o fracturar de manera perpendicular. Debido a la falta de hidratación en la piel, aparecen estas grietas que pueden venir acompañadas de dolor y sangramiento.
La piel seca la podemos encontrar en cualquier parte de nuestro cuerpo, pero la piel del pie está más expuesta a sufrir sequedad debido a múltiples factores.
Condiciones como la diabetes pueden afectar al estado de la piel del pie, ya que disminuyen la humedad y provocan deshidratación.
El tipo de calzado también es importante ya que la piel se seca más en las zonas que soportan más presión como los talones. El tipo de suela, su amortiguación, o el uso frecuente de sandalias descubiertas puede aumentar la sequedad en la piel.
Los buenos hábitos de higiene también son fundamentales para evitar la sequedad de la piel de los talones. Evita el agua muy caliente y baños de larga duración. No es recomendable usar agua muy caliente para lavarse los pies, ya que elimina la hidratación natural, igual que darse baños muy largos. Lo recomendable son los baños que no exceden los 10 minutos para así no afectar a los lípidos naturales.
Los baños en la playa o en la piscina resecan la piel del cuerpo. Es conveniente darse una ducha después para eliminar los restos de sal o cloro, y debemos usar siempre esponjas suaves y jabones neutros, ya que son los menos agresivos.
Usar jabones y cremas con principios activos naturales. Es muy importante el cuidado diario de la piel de nuestros pies, y para eso debemos utilizar productos adecuados como jabones y cremas con principios activos naturales.
La alimentación es muy importante tanto para el correcto funcionamiento del organismo en general. Es importante beber aproximadamente 2 litros de agua al día, sobre todo en verano ya que hay un exceso de sudoración y perdemos más cantidad de líquidos. También es bueno tomar jugos naturales de frutas o infusiones.
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