Seamos sinceras, nuestra naturaleza nos hace querer vernos bien en cualquier situación, incluso levantando pesas o corriendo en una cinta, pero quizás no resulte de lo más beneficioso para nuestra piel.
A veces salimos del trabajo y vamos directo al gimnasio sin tener tiempo para desmaquillarnos. Otras veces es al revés y sencillamente nos hace sentir bien y nos da seguridad sobretodo cuando vamos a estar rodeadas de espejos por todas partes.
Sin embargo deporte y maquillaje no son una buena combinación para nuestra piel.
Cuando hacemos ejercicio nuestro cuerpo aumenta de temperatura, los poros de la piel tienden a dilatarse y la transpiración nos ayuda a refrigerarnos. Si estás usando maquillaje este puede llegar a obstruir los poros, formando pequeñas infecciones o una dermtitis irritativa, y tu piel puede llenarse de granitos y puntos negros. Con el tiempo tu piel se volverá más apagada y grasa.
Una de las razones para ir al gimnasio con la cara lavada es no salir con el maquillaje y el rímel todo corrido por la cara. Y esto es inevitable, a menos que tu rutina consista en sentarte a mirar el celular y a ponerte al día en instagram. Por eso ten cuidado para no entrar como una diosa a tu clase de spinning y salir de ella como el guasón .
¡Además echarás a perder tus toallas! Aunque sea por el bien de tus toallas, evita ir maquillada al gimnasio.
Si tu deporte es la natación, el maquillaje no solo estropeará tu cara sino que también resultará poco higiénico en la piscina. Y aunque existen los maquillajes waterproof, su elevado precio hace que pensemos muy bien si vale la pena comprarlos.
Otro lugar donde el maquillaje resulta perjudicial para nuestra piel es en el sauna. Allí nuestros poros para purificarse se dilatan aún más que haciendo ejercicio.
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