¿La Mascarilla es lo mismo que el Acondicionador?
Elegir entre uno u otro es uno de los errores clásicos que se cometen con el cabello.
En realidad la respuesta es fácil. Si quieres saber en qué momento debes usar uno o el otro, cuáles son sus beneficios, el número de aplicaciones de cada uno y por qué pueden convertirse en tus grandes aliados de belleza, sigue leyendo.
¿Para qué sirven?
El acondicionador es para hidratar el cabello después del shampoo. Su fórmula permite que se aplique incluso a diario. A pesar de los mitos, no es cierto que aporte grasa o ensucie el pelo.
Es un producto fundamental para mantener la fibra capilar sana de las agresiones diarias, evita el frizz y deja el cabello mucho más suave y brillante que si no lo usaramos. Sus beneficios se perciben mejor si se utiliza habitualmente.
La mascarilla es un tratamiento nutritivo que aporta al cabello todos los elementos necesarios para mantenerse sano. Su fórmula es más concentrada y otorga un tratamiento más intenso a la fibra capilar, sellando la cutícula del pelo y potenciado su brillo y suavidad.
¿Cómo se usan?
Casi de la misma manera, siempre sobre el cabello lavado tras enjuagar el shampoo. La única diferencia está en el tiempo de cada uno. El acondicionador hace su efecto de inmediato y la mascarilla necesita al menos 3 minutos para actuar, de hecho lo ideal sería dejarla actuando sobre el pelo durante 15 minutos.
Ambos hay que enjuagarlos si se usan en su versión clásica (hay opciones sin aclarado y en seco).
¿Cada cuanto se deben aplicar?
El acondicionador depende de la frecuencia del lavado. Hay que usarlo cada vez que se lave el cabello, incluso si es a diario. Su uso habitual potenciará sus efectos positivos.
La mascarilla debe usarse como mínimo cada 15 días, aunque es recomendable una vez por semana. En verano puede usarse dos veces por semana por los rayos solares y el agua de las piscinas.
En ambos casos se debe evitar su aplicación en las raíces, para mantenerlas más ligeras y con más volumen.
¿Cuál usar?
Lo ideal es combinar el uso de ambos en función de las necesidades del cabello. Siempre el acondicionador y de vez en cuando la mascarilla, complementándolos y no excluyéndolos.
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